Política 4.0: Albania confía en una inteligencia artificial para ocupar un cargo ministerial
Política 4.0: Albania confía en una inteligencia artificial para ocupar un cargo ministerial

Albania acaba de dar un paso sin precedentes en la política mundial: nombrar como ministra a una inteligencia artificial. Su nombre es Diella que en albanés significa “luz del sol” y será la encargada de gestionar las contrataciones públicas del Estado. Lejos de ser una figura simbólica, tendrá un papel real en la administración, y hasta cuenta con un avatar digital que la representa como una mujer de mediana edad con traje tradicional albanés.

El anuncio lo realizó el primer ministro Edi Rama durante la asamblea del Partido Socialista, en la que presentó a su nuevo equipo de gobierno. Entre cambios y ratificaciones de ministros, sorprendió al país y al mundo con la presentación de Diella: “Es el primer miembro del gabinete que no está físicamente presente, sino creado virtualmente por inteligencia artificial”, declaró.

La medida tiene un objetivo claro: luchar contra la corrupción, un problema que ha golpeado durante décadas a la administración pública albanesa. Según Rama, con Diella las licitaciones serán “100 % incorruptibles” y los fondos públicos podrán auditarse en tiempo real. La implantación será gradual, pero el gobierno asegura que las decisiones sobre contrataciones dejarán de estar en manos humanas.

El movimiento también ocurre en un momento estratégico: Albania aspira a convertirse en miembro de la Unión Europea en 2030, y la transparencia en la gestión pública es uno de los principales requisitos en el proceso de adhesión.

Diella se integrará al sistema de gobierno electrónico e-Albania, que ya permite a los ciudadanos realizar trámites en línea. Así, la ministra virtual no solo encarna un experimento político y tecnológico, sino que se convierte en símbolo de la transformación digital del país.

Sin embargo, la noticia despierta tanto entusiasmo como preocupación. Una IA no puede asumir responsabilidad legal, ni rendir cuentas en caso de errores o sesgos. Además, los algoritmos que la alimentan pueden ser vulnerables a fallos, manipulaciones o ciberataques. A ello se suma la falta de transparencia: ¿cómo se asegura un verdadero control democrático si las decisiones provienen de una “caja negra” algorítmica?

Albania no es el único país en explorar este terreno. Ucrania presentó en 2024 a Victoria Shi, una portavoz virtual generada por IA, y ya había implementado Prozorro, un sistema automatizado de licitaciones. Suecia, por su parte, reconoció que su primer ministro consulta a ChatGPT para contrastar opiniones. Pero lo de Albania es diferente: con Diella, un país entero coloca por primera vez a la inteligencia artificial en el corazón de su gobierno.

El futuro, de pronto, parece más cercano y más incierto que nunca.

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