Durante décadas, las contraseñas fueron la puerta de entrada al mundo digital. Cadenas de letras, números y símbolos que protegían nuestra identidad, nuestras conversaciones, nuestros secretos. Pero hoy, en una era marcada por la sofisticación del cibercrimen, esas claves se han vuelto frágiles. Y Microsoft ha decidido ponerles punto final.

A partir de agosto de 2025, la compañía fundada por Bill Gates eliminará definitivamente las contraseñas almacenadas en su app Microsoft Authenticator, reemplazándolas por sistemas de autenticación más modernos y seguros, como passkeys y notificaciones push. Un cambio que no solo marca un avance tecnológico, sino también una nueva forma de pensar la seguridad digital.
La decisión no es arbitraria. Según cifras de la propia empresa, Microsoft bloquea 7.000 ataques por segundo dirigidos a contraseñas. La cifra es alarmante y casi duplica la registrada el año anterior. Este escenario confirma lo que muchos expertos llevan tiempo advirtiendo: las contraseñas tradicionales, por más complejas que sean, ya no son suficientes.
¿Qué son las passkeys y por qué representan el futuro?
Las passkeys o “llaves de acceso” ofrecen un sistema de autenticación radicalmente distinto. Utilizan claves criptográficas únicas, ligadas directamente al dispositivo del usuario, y solo pueden ser desbloqueadas mediante biometría (huella digital, rostro) o un PIN local.
Lo más importante: estas claves no se almacenan en servidores ni pueden ser robadas o reutilizadas, lo que elimina buena parte de los riesgos que hoy enfrentan los usuarios.
Junto a las passkeys, las notificaciones push se consolidan como una capa adicional de seguridad. En lugar de ingresar una contraseña, el usuario simplemente aprueba un acceso desde su propio dispositivo. Es rápido, sencillo y extremadamente seguro.
Un adiós gradual a las contraseñas
Microsoft comenzó esta transición en junio de 2025. Primero desactivó la opción de guardar nuevas contraseñas en Authenticator. Luego, en julio, eliminó la función de autocompletado. Y finalmente, en agosto, las contraseñas desaparecerán por completo de la app.
El mensaje ya aparece en los dispositivos:
“El autorrelleno a través de Authenticator finaliza en julio de 2025. Puedes exportar tu información guardada (solo contraseñas) desde Authenticator hasta que finalice el Autorrelleno.”
Desde principios de año, además, los nuevos usuarios que crean cuentas en la plataforma ya no configuran contraseñas tradicionales, sino que se integran directamente en el nuevo sistema basado en passkeys.
Un cambio que va más allá de la tecnología
Aunque esta apuesta ha sido bien recibida por la comunidad de expertos en ciberseguridad, el desafío ahora será cultural. Millones de personas crecieron confiando en sus contraseñas, en su combinación secreta que solo ellos conocían. Dejar eso atrás puede generar resistencia, sobre todo entre quienes ven en estas nuevas herramientas algo desconocido o complicado.
Pero Microsoft insiste: este es un paso necesario. En un mundo donde la información se ha convertido en uno de los bienes más valiosos y más vulnerables, la seguridad no puede seguir dependiendo de claves fáciles de adivinar como “123456” o “password”.
La compañía no solo está redefiniendo la forma en que iniciamos sesión: está estableciendo un nuevo estándar de confianza digital. Uno donde la identidad ya no se protege con lo que sabemos, sino con lo que somos.
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