El papa Francisco no podrá cumplir uno de sus deseos tras su muerte debido a una estricta regla de la Iglesia católica. Pese a que el sumo pontífice fue un partidario de la donación de órganos, el Vaticano se ha negado a autorizarlo. La Santa Sede afirma que el cuerpo del papa Francisco le pertenece, por lo que no donará sus órganos para salvar vidas.

De acuerdo con Euronews, el cuerpo del pontífice se sometió a un procedimiento de conservación para exhibirlo ante miles de católicos en la Basílica de San Pedro. El personal del Vaticano aplicó una tanatopraxia, que es una técnica utilizada para la exhibición pública de cadáveres. En ella, el cuerpo se inyecta con sustancias que ralentizan el proceso de descomposición, permitiendo que mantenga un aspecto natural (como si estuviera dormido).

El proceso de conservación es parte del ritual que sigue el Vaticano para ofrecer el último adiós al papa Francisco, el cual no contempla la donación de órganos. Aunque el pontífice subrayó la importancia de esta práctica durante su tiempo al frente de la Iglesia católica, existe una regla impuesta desde hace más de un siglo.

El Vaticano afirma que, al morir un papa, el cuerpo pertenece a la Iglesia y debe enterrarse intacto. Fue el papa Pío X quien prohibió que los médicos del Vaticano removieran sus órganos tras su muerte para facilitar el proceso de embalsamamiento. Si bien no está claro si se trata de una ley o una costumbre, lo cierto es que, desde la muerte del pontífice en 1914, la Iglesia la cumple al pie de la letra y no permite la donación de órganos.

El papa Francisco impulsó la donación de órganos, sabiendo que no podría donar los suyos

Aunque el papa Francisco promovió programas que incentivaran la donación de órganos, su cargo le impedía donar los suyos tras su muerte. Su antecesor, el papa Benedicto XVI, se registró como donante décadas antes de convertirse en jerarca de la Iglesia católica. Un médico alemán intentó desafiar la regla de Pío X; sin embargo, el Vaticano reveló que la tarjeta de donador perdió validez al convertirse en papa.

"Es cierto que el Papa tiene una tarjeta de donante de órganos... pero, contrariamente a la opinión pública, la tarjeta emitida en la década de 1970 se volvió inválida de facto con la elección del cardenal Ratzinger al papado", mencionó su secretario, Georg Gaenswein. Aunque el pontífice renunció a su cargo una década antes de su muerte, la donación era imposible.

En una audiencia con miembros de la Asociación Italiana de Donantes de Órganos, llevada a cabo en abril de 2019, el papa Francisco subrayó la importancia de la donación de órganos. El sumo pontífice declaró que la donación de órganos responde a una necesidad social: "Para aquellos que no tienen una fe religiosa, el gesto hacia los hermanos y hermanas necesitados está llamado a hacerse sobre la base de un ideal de solidaridad humana desinteresada". /Con información de hipertextual-