Mark Zuckerberg ha cambiado de objetivo. Si hace unos años el metaverso era su mayor ambición, hoy su mirada está completamente enfocada en un nuevo y desafiante horizonte: desarrollar una inteligencia artificial general (AGI) antes que OpenAI, Google o cualquier otro competidor. Y está dispuesto a gastar lo que sea necesario para lograrlo.

El fundador y CEO de Meta no solo ha multiplicado las inversiones en este campo, sino que también ha comenzado a rodearse de figuras clave (y polémicas) dentro del ecosistema tecnológico. Su último gran movimiento revela hasta dónde está dispuesto a llegar para dominar la próxima era de la IA.
Según informes de Bloomberg y The New York Times, Meta está preparando una inversión de 15.000 millones de dólares en Scale AI, una startup que ha ganado notoriedad en los últimos años por su trabajo en etiquetado de datos para modelos de IA. Esta suma no solo le daría a Meta una participación mayoritaria del 49 %, sino que permitiría incorporar a Alexandr Wang, fundador de la compañía, al núcleo de un equipo de élite que trabajará exclusivamente en el desarrollo de una superinteligencia.
Wang, de apenas 28 años, es una figura controvertida. Ha colaborado estrechamente con el Departamento de Defensa de EE. UU., y su empresa ha sido señalada por presuntos abusos laborales en la contratación de trabajadores remotos en países del sur global. Aun así, su experiencia en IA ha despertado el interés de Zuckerberg, quien lo quiere a su lado en esta nueva ofensiva.
La determinación de Zuckerberg responde, en parte, a la insatisfacción con los últimos resultados de sus modelos de lenguaje LLaMA 4, los cuales no lograron igualar el desempeño de sus rivales. Este desencanto lo habría llevado a asumir un rol más directo en el desarrollo de inteligencia artificial dentro de su compañía.
Según fuentes cercanas, Zuckerberg ha retomado el llamado “modo fundador”, supervisando personalmente la creación de un nuevo grupo secreto al que internamente se le conoce como “el equipo de superinteligencia”. Se trata de un selecto conjunto de al menos 50 expertos en IA, cuidadosamente elegidos por el propio CEO, quienes trabajarían a pocos metros de su oficina en Menlo Park para mantener una conexión constante y estratégica.
Además de Wang, otro nombre ya confirmado para este escuadrón es Jack Rae, ex investigador de Google DeepMind, una de las divisiones más avanzadas en IA del mundo. Aunque no se conoce aún la nómina completa, todo indica que el grupo estará conformado por algunas de las mentes más brillantes del sector.
Mientras tanto, la carrera por la AGI se acelera. OpenAI, respaldada por Microsoft, afirma tener una hoja de ruta clara para alcanzarla. Sin embargo, el entusiasmo por llegar primero genera preocupación en parte de la comunidad científica, que teme que la prisa por lograr una superinteligencia pueda dejar de lado medidas cruciales de seguridad y ética.
Lo cierto es que Zuckerberg no quiere quedarse atrás. Si alguna vez fue el rey de las redes sociales, ahora busca posicionarse como el pionero de la próxima gran revolución tecnológica. Y tiene el poder, el dinero y la determinación para intentarlo.
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