Cada 1 de agosto, el mundo recuerda la urgencia de enfrentar el cáncer de pulmón, una enfermedad que continúa siendo la principal causa de muerte por cáncer y que, pese a los avances médicos, sigue golpeando fuerte en América Latina. La fecha no solo busca concientizar sobre la prevención especialmente en relación con el tabaquismo, la contaminación del aire y los riesgos laborales, sino también subrayar un tema crítico: la importancia del acceso oportuno a terapias innovadoras.

Un estudio publicado en The Lancet Regional Health – Americas reveló cifras alarmantes: entre 2006 y 2021, las demoras en la aprobación de nuevos tratamientos para cáncer de pulmón avanzado en hombres causaron 8,694 muertes evitables en Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México. A esto se suman 114,477 años de vida perdidos y un impacto económico que ronda los 439 millones de dólares en productividad laboral. Cada retraso significó no solo vidas truncadas, sino familias devastadas y comunidades afectadas.
La investigación muestra que, aunque en Estados Unidos la autorización de medicamentos suele tardar menos de dos años, en varios países latinoamericanos los procesos son mucho más lentos, superando incluso los tres años en Colombia. La consecuencia de esa demora es clara: pacientes que pudieron beneficiarse de terapias como la inmunoterapia o los tratamientos dirigidos que prolongan la vida y reducen los efectos secundarios murieron sin alcanzarlas.
Los números son contundentes: Argentina registró 2,185 muertes evitables, México 2,111, Brasil 2,014, Colombia 1,977 y Chile 407. Y aunque estas cifras se concentran en hombres por la mayor prevalencia en ellos, el estudio refleja un problema que afecta a todos los pacientes.
Los investigadores liderados por Andrés Cardona (Colombia) y Óscar Arrieta (México) no solo presentaron datos; también lanzaron un llamado a la acción. Recomiendan acortar los tiempos regulatorios apoyándose en evaluaciones de agencias internacionales como la FDA, y diseñar estrategias que garanticen no solo la aprobación más rápida de fármacos, sino también su acceso real, sin barreras de costos ni trabas burocráticas.
“El tiempo es vida”, insisten los especialistas. Cada año de espera significa más vidas perdidas y más familias en duelo. La ciencia ya ha cambiado la manera de tratar el cáncer de pulmón, pero los beneficios solo se concretan cuando los pacientes tienen acceso oportuno a esas terapias. La efeméride de este 1 de agosto, establecida desde 2012 por el Foro de Sociedades Respiratorias Internacionales, recuerda que la lucha contra esta enfermedad no es solo médica: es también una batalla por la equidad y la justicia en salud.
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