El fenómeno migratorio no debe abordarse únicamente desde el control fronterizo, el miedo o el castigo»: Foro Mesoamericano
«Fenómeno migratorio no sólo debe ser un control fronterizo, promover el miedo y el castigo»; Foro Mesoamericano
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El Plan de Acción del Foro Mesoamericano «Migrar para Vivir», condena que el fenómeno migratorio en la región mesoamericana siga siendo solo el control fronterizo o de contención y rechazan las campañas de comunicación de los gobiernos externos que promueven el miedo y el castigo, considerando que también profundizan en la desinformación y al sufrimiento de las personas y familias migrantes.

Lo anterior se colige, en un comunicado oficial de un encuentro realizado la semana anterior en la ciudad de Siguatepeque, Comayagua, donde más de un centenar de representantes de gobiernos locales y nacionales así como de la sociedad civil: academias, iglesias, fundaciones, asociaciones de personas migrantes, artistas y organizaciones internacionales, comprometidos con una visión transformadora de las migraciones, donde señalan sus puntos de vista sobre la problemática migratoria.

En resumen el foro denominado «Migrar para Vivir» dice textualmente; «Desde los territorios de Mesoamérica, América Latina, Estados Unidos y Europa, nos hemos reunido en este Foro con un objetivo compartido: repensar la migración desde la búsqueda de un arraigo humano con dignidad humana hasta la construcción de estrategias colectivas que nos permitan enfrentar los desafíos de un bloqueo total de la movilidad humana en nuestra región».

Que reunidos en ese encuentro más de cien representantes comprometidos con una visión transformadora de las migraciones, de gobiernos locales y nacionales así como de la sociedad civil: academias, iglesias, fundaciones, asociaciones de personas migrantes, artistas y organizaciones internacionales, por decisión unánime «aprobaron la posición que el fenómeno migratorio en la región mesoamericana no puede seguir siendo entendido solo desde una perspectiva de control fronterizo, securitización o contención».

Agregan también a «las campañas de comunicación que provienen de gobiernos externos y que apelan al miedo, al castigo o al desaliento solo profundizan la desinformación, la estigmatización y el sufrimiento».

En tal sentido, dice el Foro: «Rechazamos toda estrategia de comunicación que criminalice a las personas migrantes, que niegue sus derechos o que imponga un relato único sobre las causas y consecuencias de la movilidad humana».

Al respecto, el Plan de Acción del Foro Mesoamericano «Migrar para Vivir», propone un enfoque basado en tres pilares fundamentales: «el arraigo comunitario, la participación ciudadana y la comunicación transformadora».

Asimismo, detallan las estrategias regionales integrales, como «la creación de un Acuerdo Regional de Protección Humanitaria».

  •  Establecer un pacto entre los países de Mesoamérica para el respeto y la garantía de los derechos humanos de personas migrantes, desplazadas y retornadas.
  • Incorporar el enfoque de protección internacional, especialmente para quienes huyen de violencia, cambio climático o persecución de género.
  • Promover la corresponsabilidad entre países de origen, tránsito y destino para compartir la carga migratoria, recursos y protección.
  • Establecer mecanismos de respuesta conjunta ante crisis humanitarias, como flujos masivos o emergencias climáticas.

En una segunda propuesta, destacan la implementación de un plan sobre el «Arraigo como estrategia de vida».

Esta consiste en que hablar del arraigo migratorio «es hablar de personas doblemente desarraigadas». Primero, cuando deben abandonar su comunidad, su familia, su tierra, sus raíces, debido a la pobreza, la violencia, la falta de empleo o los efectos del cambio climático. Y segundo, cuando, tras haber construido una nueva vida en el país de destino, son deportadas o forzadas a regresar, muchas veces separadas de sus hijos e hijas, de sus parejas, de los vínculos que habían logrado establecer. «Este doble desarraigo implica una fractura emocional profunda que requiere atención integral, respeto, escucha y reconocimiento».

Sin embargo, agrega el documento, «estas personas no regresan igual. Llegan con una identidad múltiple, con saberes diversos, con una historia que mezcla culturas. Hablar de arraigo en estos contextos implica asumir la multiculturalidad y entender los distintos duelos migratorios que atraviesan quienes retornan. Para reconstruir ese arraigo, no basta con discursos de bienvenida. Se necesitan políticas públicas integrales, acompañamiento psicosocial, oportunidades reales de inserción y, sobre todo, una comunidad organizada que les abra las puertas sin estigmas ni prejuicios».

«Para esto el Estado y la sociedad civil tienen la obligación de promover y facilitar este arraigo sea creando cooperativas de producción agrícola o pequeños y medianos emprendimientos industriales e artesanales que formarían parte de una red solidaria de intercambios», propone el Foro.

Instan a los sectores políticos y de gobierno, «Crear Políticas Publicas acompañamiento al arraigo de migrantes, desplazados o retornados», donde la «Red de comunidades y ciudades de acogida Centroamericanas, inspirada en el modelo mexicano, que ofrezca acceso a servicios básicos y empleo formal a migrantes, Certificadoras de competencias laborales transfronterizas, reconocidas por cámaras de industria regionales (ej: maquilas en Honduras y Guatemala).

Que se promuevan; «Alianzas público-privadas para emprendimientos migrantes, como el programa «Raíces» de El Salvador, que conecta a diásporas con inversiones locales». Promover el acceso a trabajo digno, educación, salud y vivienda para personas migrantes. También «homologar y reconocer títulos académicos y oficios para facilitar la inserción laboral».

Indican en otra propuesta que «la gobernanza municipal es clave para el arraigo», considerando que «el arraigo no es posible sin una gobernanza municipal fortalecida y comprometida con su población».

«Hoy, muchas municipalidades han sido deslegitimadas ante sus ciudadanos, ya sea por la corrupción, la incapacidad de respuesta o por haber sido cooptadas por redes criminales. Esto ha provocado una profunda desconfianza ciudadana y un sentimiento de abandono. Frente a esta realidad, proponemos una transformación radical del poder local, que le devuelva sentido, eficacia y legitimidad», sostienen entre las conclusiones.

«Las municipalidades deben convertirse en verdaderos instrumentos del poder popular y del desarrollo local. Para ello, necesitan recursos, autonomía, transparencia y participación social». Pero además, deben asumir con responsabilidad su papel en el fenómeno migratorio. Esto implica:

  • Atender y acompañar a sus comunidades en el exterior (diáspora), fortaleciendo los vínculos transnacionales y promoviendo mecanismos de participación de sus ciudadanos en el extranjero.
  • Prepararse para la reintegración de personas deportadas o en retorno voluntario, creando espacios y programas que aprovechen la capacidad laboral acumulada, las experiencias profesionales, los aprendizajes y el capital humano que estas personas traen de países desarrollados.
  • Promover una migración laboral ordenada, regular y segura, desde los municipios, facilitando información, trámites y articulación con los países de destino.

Indican que «una municipalidad que se compromete con el arraigo no es solo la que genera empleo, sino la que acompaña a sus jóvenes, la que reconoce a las mujeres migrantes, la que escucha a las familias divididas y la que sueña en colectivo con un futuro posible desde el territorio».

Entre otros señalamientos y propuestas públicas, como un reto urgente del Foro Mesoamericano de Migración (FMM) es cambiar la narrativa sobre la migración. «No podemos seguir repitiendo mensajes impuestos desde centros de poder que promueven el miedo, el terror o la criminalización».

«Desde el Foro, llamamos a construir campañas de comunicación propias, arraigadas en nuestras culturas, que reconozcan la diversidad de nuestras realidades y que promuevan el derecho a migrar y el derecho a no migrar».

«La comunicación debe servir para dignificar la permanencia en los territorios, para visibilizar las historias de quienes deciden quedarse, resistir y construir desde su comunidad. Pero también para celebrar los aportes de las personas migrantes, tanto en sus países de origen como en los de destino. Contar estas historias desde el arte, el periodismo, la educación y la movilización social es parte de una estrategia de transformación».

En tal sentido, el Foro indica que «desde allí se desprende el Plan de Acción que el FMM propone implementar. Contemplamos por ejemplo realizar una “Marcha de Antorchas” que sale desde la Universidad de El Salvador atravesando Honduras, Guatemala y México para llegar a la frontera de Estados Unidos»..

Concluyen que desde la sociedad civil organizada, proponen  construir estrategias propias, contextualizadas, críticas y creativas para promover el arraigo. Estas estrategias deben partir de la participación real de los territorios, de sus jóvenes, de sus comunidades indígenas, de sus mujeres, de las personas retornadas, de la diáspora, de quienes han vivido en carne propia la migración.

«Este Foro ha reunido actores de El Salvador, Honduras, Guatemala, México, Costa Rica, Perú, Brasil, Estados Unidos y Europa, con una visión compartida: construir rutas para migrar dignamente. Desde aquí, planteamos una hoja de ruta regional que incluya políticas públicas locales, mecanismos de participación ciudadana, alianzas transnacionales y procesos de formación política».

Los participantes en el Foro, indican que objetivo del encuentro contribuyó para «constituimos en Siguatepeque, Honduras una organización sui generis, el FRENTE MESOAMERICANO DE MIGRACIÓN que articuló diferentes tareas entre las organizaciones y expertos participantes que abarcan los campos políticos, económicos y sociales».

«La migración no debe ser una condena de muerte. Tiene que ser una decisión libre, digna y acompañada. Para eso debemos garantizar condiciones para vivir con dignidad en los territorios que hayamos escogidos».