Cómo una mente brillante transformó el caos científico en una revolución médica con IA
Cómo una mente brillante transformó el caos científico en una revolución médica con IA

En la era de la información médica desbordante, mantenerse al día no solo es difícil: puede ser una cuestión de vida o muerte. Los médicos, enfrentando la presión diaria de atender hasta 20 pacientes, deben también procesar un caudal interminable de estudios, artículos y guías clínicas. En ese contexto, la inteligencia artificial no es solo una herramienta útil; puede ser una aliada crucial.

Fue en medio de esta crisis silenciosa donde nació OpenEvidence, la startup que ya muchos conocen como el “ChatGPT médico”. Su creador, Daniel Nadler, no solo vio el problema: lo vivió.

Tras la muerte de su abuelo por un error clínico y motivado también por la experiencia personal de su cofundador Zack Ziegler cuyo cuñado fue diagnosticado con leucemia, Nadler decidió poner su talento y trayectoria al servicio de algo más grande. Doctor en economía política por Harvard y creador de una exitosa empresa de análisis financiero, Nadler ya había vendido Kensho por USD 700 millones. Ahora, quería aplicar el mismo poder de los algoritmos, pero con un propósito más humano: salvar vidas.

El origen de OpenEvidence: cuando la IA encuentra su propósito

Fundada en 2022 y con sede en Miami, OpenEvidence permite a los médicos acceder a información científica actualizada, revisada por pares y proveniente de fuentes confiables como el New England Journal of Medicine o JAMA, entre otras. Su objetivo no es reemplazar la experiencia médica, sino acompañarla y potenciarla: una especie de buscador clínico avanzado que ahorra tiempo y reduce errores.

En poco más de dos años, OpenEvidence se ha convertido en una plataforma clave para la atención médica moderna: el 40% de los médicos de EE. UU. ya la utilizan y su valor de mercado alcanza los USD 3.500 millones. La herramienta procesa más de 8,5 millones de consultas clínicas al mes, brindando respuestas en segundos sin necesidad de burocracia o aprobación de organismos como la FDA, ya que no diagnostica, sino que ayuda a buscar y conectar evidencia.

Cómo funciona y qué la hace diferente

OpenEvidence es gratuita para médicos verificados, gracias a un modelo de negocio basado en publicidad dirigida, especialmente de laboratorios farmacéuticos. Aunque la publicidad en salud digital sigue siendo un tema sensible, la empresa ya genera alrededor de USD 50 millones anuales, con más de USD 210 millones recaudados en inversiones de gigantes como GV, Kleiner Perkins y Coatue.

Además, la plataforma ha sido seleccionada por Mayo Clinic para formar parte de su programa de aceleración, un reconocimiento al impacto real que está teniendo en la práctica clínica diaria.

Una de sus funciones más destacadas, DeepConsult, utiliza modelos de razonamiento clínico paso a paso, conectando estudios entre sí como lo haría un equipo multidisciplinario de expertos. No es solo una búsqueda: es una conversación con la evidencia más rigurosa disponible.

Voces desde la práctica: cuando la tecnología mejora la medicina

Médicos de distintas especialidades han adoptado la herramienta como parte de su rutina clínica. La internista Susan Wolver la utiliza para redactar cartas de autorización y consultar medicamentos; el neurólogo Stephen Krieger la validó con sus propias investigaciones sobre esclerosis múltiple; y el Dr. Aneesh Singhal, del Hospital General de Massachusetts, la emplea para estar al día con avances en el tratamiento del ACV.

“ChatGPT simplemente da una respuesta directa. OpenEvidence me hace pensar”, dijo a Forbes el doctor Singhal, resaltando el verdadero valor de una IA que no reemplaza la mente médica, sino que la enriquece.

Un modelo con impacto, no solo ambición

Para Nadler, el éxito de OpenEvidence no radica solo en la tecnología, sino en la calidad de los datos. “Con IA, si entra basura, sale basura. Si entra oro, sale oro”, declaró a Forbes, subrayando el compromiso con fuentes confiables y rigurosas.

El modelo gratuito, sustentado en publicidad aunque aún genera cierta resistencia, busca precisamente democratizar el acceso a herramientas que antes eran inaccesibles para muchos médicos. Inversores como John Doerr, de Kleiner Perkins, lo tienen claro: “OpenEvidence será para la medicina lo que Google fue para Internet”.

Una startup con alma

Lo que comenzó como una respuesta personal a una pérdida familiar, se ha convertido en una plataforma con el potencial de cambiar el sistema de salud, reduciendo la carga cognitiva de los médicos y mejorando la calidad del diagnóstico.

Nadler y Ziegler no crearon simplemente un asistente de IA. Crearon un puente entre la ciencia y la práctica, entre la información y la compasión, entre el agotamiento y la precisión. En tiempos donde la sobrecarga informativa puede poner vidas en riesgo, OpenEvidence ofrece algo más que datos: ofrece claridad, agilidad y esperanza.

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