Durante años, se ha sostenido que solo las frutas frescas conservan sus propiedades nutricionales al máximo. Sin embargo, investigaciones recientes han desmontado esa idea, revelando que los arándanos congelados pueden igualar e incluso superar a los frescos en contenido de antocianinas y su absorción en el organismo. Estudios realizados entre 2020 y 2025 demuestran que estos pequeños frutos congelados no pierden sus antioxidantes clave, sino que, gracias al proceso de congelación rápida individual (IQF), los preservan durante largos periodos, mientras que los frescos pueden ver reducida su calidad nutricional en apenas dos semanas si no se almacenan correctamente.

Una de las razones detrás de esta ventaja es que la congelación genera pequeños cristales de hielo que rompen las paredes celulares del fruto, facilitando la liberación y absorción de compuestos bioactivos como las antocianinas. Así lo respalda un estudio de la Universidad Estatal de Dakota del Sur, que señala una mejora en la biodisponibilidad tras la congelación. Investigaciones clínicas también han mostrado que procesos como la liofilización, que alteran la estructura celular, pueden incrementar beneficios como la retención de calcio en el organismo.
El método IQF, que congela los frutos individualmente a temperaturas extremadamente bajas en cuestión de minutos, evita la formación de cristales grandes que dañan la estructura celular, preservando así la integridad de antioxidantes, flavonoides y vitamina C. La congelación también inhibe enzimas como la polifenoloxidasa, responsable de degradar las antocianinas, asegurando su conservación hasta por diez meses con pérdidas mínimas.
Pese a que se han difundido cifras no verificadas como una supuesta retención del 95 % de nutrientes en congelados frente a solo 50-70 % en frescos, estudios confiables publicados en revistas especializadas coinciden en que los valores reales varían dependiendo de las condiciones de almacenamiento y procesamiento, sin mostrar una desventaja clara para los congelados. De hecho, algunas investigaciones sugieren que estos últimos pueden ser más estables en el tiempo, siempre y cuando se mantengan a temperaturas adecuadas.
También se ha aclarado un mito popular: combinar arándanos con vitamina C no potencia sus efectos antioxidantes, sino que puede reducir la eficacia de sus compuestos activos debido a reacciones químicas desfavorables entre el ácido ascórbico y las antocianinas.
Desde un punto de vista práctico, los arándanos congelados son mucho más accesibles: su precio por libra es hasta 90 % menor que el de los frescos, especialmente fuera de temporada. Su vida útil es considerablemente mayor hasta 18 meses y su valor nutricional se mantiene prácticamente intacto, sobre todo si se descongelan en microondas, método que permite retener más antioxidantes que una descongelación lenta.
Ambas presentaciones, frescas y congeladas, son igualmente válidas para cumplir con las recomendaciones de consumo diario de frutas del USDA, lo cual permite a los consumidores priorizar la opción más conveniente sin comprometer su salud.
No obstante, es importante tener presente las limitaciones de los estudios disponibles. Algunos han sido financiados por la industria del arándano, lo cual puede introducir sesgos, y muchas de las investigaciones presentan limitaciones como muestras reducidas o escasa diversidad poblacional. Expertos en nutrición advierten que, más allá del entusiasmo por los llamados “superalimentos”, lo fundamental es consumir frutas variadas de forma constante.
El mensaje principal es claro: tanto frescos como congelados, los arándanos son una fuente valiosa de antioxidantes. Priorizar su inclusión regular en la dieta, sin obsesionarse por detalles mínimos, puede marcar una gran diferencia en la salud de la población, especialmente considerando que solo una pequeña parte de los adultos consume la cantidad diaria recomendada de frutas. Gracias a su durabilidad, precio accesible y estabilidad nutricional, los arándanos congelados se consolidan como una excelente alternativa para una alimentación más saludable y sostenible.
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