Ajedrez vintage vs inteligencia artificial: ¿Quién gana, Atari 2600 o ChatGPT?
Ajedrez vintage vs inteligencia artificial: ¿Quién gana, Atari 2600 o ChatGPT?

En un choque insólito entre épocas y tecnologías, una partida de ajedrez enfrentó a la legendaria consola Atari 2600 contra dos de las inteligencias artificiales más reconocidas de hoy: ChatGPT de OpenAI y Copilot de Microsoft. El resultado, inesperado para muchos, cuestiona la creencia generalizada en la superioridad absoluta de la inteligencia artificial moderna frente a sistemas más simples pero diseñados con precisión para tareas específicas.

La idea nació de una conversación entre Robert Caruso, ingeniero en Citrix, y ChatGPT. En un intercambio sobre motores de ajedrez como Stockfish y AlphaZero, el chatbot se mostró confiado al afirmar que superaría sin dificultad a Video Chess, el clásico juego de ajedrez de Atari lanzado en 1979. Motivado por esta afirmación, Caruso decidió llevar el reto del terreno teórico al práctico y organizó una serie de partidas entre la consola retro y las IA contemporáneas.

Para sorpresa de muchos, el rudimentario sistema de Atari, que corre en un hardware de 8 bits con apenas 128 bytes de RAM y 1,19 MHz de procesador, logró imponerse cómodamente ante ChatGPT y Copilot, evidenciando limitaciones importantes de estas plataformas de inteligencia artificial modernas en el ámbito lógico y estratégico del ajedrez.

Durante las partidas, quedó claro que ChatGPT, a pesar de su avanzada capacidad lingüística, carece de una comprensión profunda del tablero: confundía piezas, olvidaba posiciones y cometía errores básicos que cualquier aficionado principiante evitaría. Aun con la asistencia directa de Caruso para corregir movimientos evidentemente erróneos, ChatGPT no pudo prevalecer, demostrando dificultades para gestionar la memoria persistente y el contexto del juego.

En el caso de Copilot, la situación no fue muy distinta. La IA de Microsoft se mostró segura de poder seguir correctamente el estado del tablero, pero pronto reveló sus propias fallas: perdió piezas valiosas en movimientos torpes y generó representaciones mentales del tablero que no coincidían con la realidad, subrayando su incapacidad para mantener una imagen precisa y actualizada del juego.

Este enfrentamiento revela algo fundamental sobre la inteligencia artificial actual. Modelos como ChatGPT y Copilot, basados en el procesamiento de lenguaje natural y generación predictiva, no están diseñados para el razonamiento lógico matemático ni para la ejecución de tareas que requieren cálculo determinista y memoria estructurada, como el ajedrez.

Por el contrario, aunque limitada en poder y memoria, la Atari 2600 ejecuta un software específico programado para analizar jugadas y anticipar movimientos, lo que le permite sobresalir en este entorno cerrado y regulado. Este hecho subraya que, en ciertos campos, la especialización y la programación precisa aún superan a las aproximaciones generalistas de la inteligencia artificial más avanzada.

Más allá de la anécdota, esta partida invita a reflexionar sobre los alcances y limitaciones de las tecnologías actuales, recordándonos que el progreso no es siempre una línea recta y que, a veces, lo antiguo puede enseñar lecciones valiosas sobre precisión, eficiencia y enfoque.

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